Antes de nada, levántate y coje tu cartera. Muy bien. Ahora saca la tarjeta de crédito y déjala a mano. La vas a necesitar.
Yo he estado en la misma situación que tú. Tenía una web (bueno yo tenía varias) como quien tiene un Picasso en el salón. Invitas a la gente a tu casa. Te dicen que es muy bonito (aunque no lo entienden bien), les sacas unas aceitunas, unas cervezas y se van.
Pones la casa, el cuadro, el aperitivo, y ellos se van sin entender bien qué han visto.
Eso es exactamente lo que pasa en tu web.
Va siendo hora de cambiar, de que se mueran por venir, y que cuando lleguen les cobres entrada. Y si puedes (y quieres) el aperitivo se cobra aparte.
Lo que vas a aprender aquí es una transformación. Qué necesitas para pasar de una web que es un gasto a una que te genera ingresos.